Bienvenidos Melómanos, Hedonistas ... y cultores de otros placeres.

"Alguna noche de vino y de hierbas fumables, con The Soft Machine o John Coltrane afelpando el aire de reconciliación y contacto, lean en voz alta los poemas de Salinas, dibujen en un oído cegado por la tinta de imprenta ese árbol de poesía que Rilke sintió en el canto de Orfeo. No sé de mejor manera de pagar una larga deuda y recibir a la vez mucho más, infinitamente mucho más de lo que damos".

Julio Cortázar


24/10/09

MONO - Hymn to the Immortal Wind


Pieza maestra de Post-Rock a la vieja usanza de los 90’s. Hymn to the Immortal Wind te vuela la cabeza y estimula tus sentidos llevándote de la más “tensa” calma imaginada, hasta frenéticos pasajes sonoros donde los límites entre “noise” y “shoegaze” se hacen difusos. Inspiración en estado puro, con melodías bellas, profundas y épicas.

Dos guitarras, piano, batería, bajo y muchísimo talento son los únicos recursos que el cuarteto Japonés pone en escena. Románticos del estilo, maestros en el arte de generar climas, paisajes y pegar en el momento justo … cuando más lo necesitas.

De mis discos favoritos de 2009, aunque debo admitir que es algo extenso y se hace pesado escucharlo de un solo tirón. Podría ser más perfecto aún.

23/10/09

CHARLES MINGUS - Mingus Ah Um


Ocasional pianista, increíble compositor, carismático líder de banda, y mucho mejor contrabajista. Charles Mingus fue uno de esos músicos en la historia del Jazz más difíciles de encasillar. Su eclecticismo natural y su desbordante talento lo hicieron transitar por caminos diferentes y sumamente originales.

Su era dorada comenzó 10 años después que sus primeras incursiones por la gran manzana. Tocó con Armstrong, Lionel Hampton, el vibrafonísta Red Norvo, y así transcurrió los 40's, donde vio florecer la revolución Be Bop de Parker y Gillespie desde muy cerca.

Cuando todavía era un completo desconocido en el mundo del Jazz, fue parte del célebre concierto en Canada, que juntó a Parker, Gillespie, Powell y Roach.
Fundó su propio sello disquero, "Debut Records", donde editó dicho concierto y fue un activista de tiempo completo contra la discriminación racial.

A partir de 1955, comienza a dejar sus más importantes registros grabados, "Debut Records", "Candid", y sobretodo "Atlantic Records", fueron los depositarios de su primera excelente etapa.

El joven Mingus tenia una visión del jazz sumamente extravagante, con matices y guiños a diferentes estilos y una original forma de componer.
Si bien esta etapa esta alineada al Hard Bop de los 50's, sus discos no sonaban parecidos a ningún registro de la época.
Diría que junto a Thelonious Monk, fue el “bicho raro” de los 50's.

Su gran y verdadero ídolo, fue toda la vida Duke Ellington. Y quizás en este disco en cuestión Mingus Ah Um, sea donde más dejó en evidencia su admiración hacia el Duke.

Para el disco formó un septeto donde se destacan John Handy, y el monstruoso tenor Booker Ervin. El sonido de la banda trae reminiscencias muy claras a las teorías compositivas de Ellington. Los climas creados, las orquestaciones y sobretodo las sutilezas sonoras ubican esta producción de Columbia Records, entre lo mejor de su prestigiosa discografía.

Tratandose de Mingus, créanme que no es poco. Pithecanthropus Erectus, The Clown y Blues & Roots para (Atlantic), Mingus Dynasty (Columbia), Tijuana Moods para (RCA/Bluebird), y su obra magna, más cercana al Free Jazz, The Black Saint and the Sinner Lady para la casa (Impulse!)

Sutileza en estado puro para esta producción que se resume perfectamente en una de las baladas más increíblemente bellas de Mingus, y de la historia del Jazz. "Goodbye Pork Pie Hat", dedicada al celebre Lester Young que algunas semanas antes había muerto.

La real magnitud de este álbum fue opacada notoriamente porque ese mismo año, 1959, Ornette Coleman puso al Jazz de cabeza con "The Shape of Jazz to Come" inaugurando la era Free Jazz, Miles Davis las estructuras modales y John Coltrane los acertijos indescifrables de su Giant Steps.

Por suerte las sucesivas re-ediciones por parte de Columbia, colocaron a Mingus Ah Um en el selecto lugar que le corresponde, y sobretodo a nosotros, la posibilidad de tener a nuestro alcance semejante disco.

Un infaltable para los amantes del Jazz, y una pieza clave para entrar en el mundo Mingus y no apresurarse a caer de lleno en su etapa "The Black Saint and the Sinner Lady" para los menos asiduos al Jazz.

Mención especial para el disco "Mingus at Antibes", registrado en vivo unos meses después, donde de la mano de Mingus entra en la escena del Jazz uno de los genios más influyentes de los 60's, Eric Dolphy!

Un buen trago, Mingus... y a disfrutar!

FUCK BUTTONS - Tarot Sport


Una verdadera orgia sonora para cuerpo y alma. Mixtura entre las viejas lecciones de Aphex Twin con su techno inteligente, y el más cálido Noise. Lapsos con algunos paisajes industriales, cuidadas pinceladas atmosféricas, y un brillante concepto melódico poco habitual en la escena.


Fuck Buttons domesticó el brutal sonido de grupos como Converter o Somatic Responses, que llevan años explorando el Rhythmic Noise, o Power Noise. Ellos les enseñaron buenos modales, a ser líricos, a resaltar lo épico y profundo de una melodía. Configuraron una adictiva propuesta que te atrapa rápidamente, y como todos los buenos discos que se precien de serlo, te deja con ganas de más.


A este viaje al que llamaron Tarot Sport, todos están invitados, todos tienen su boleto … eso si, no le devolvemos su dinero cuando al terminar el paseo, sus oídos queden zumbando unas horas. Es parte del juego, y para los que lo queremos jugar, es puro placer.

HAVE A NICE LIFE - Deathconsciousness


A estas alturas del partido, y con semejante background de estilos explorados durante varias décadas, no es gran mérito artístico armar una banda que fusione diferentes lecturas de rock alternativo.


No es difícil pensar, y ejecutar, una propuesta donde la beta lúgubre de Joy Division, conviva junto al descarado rock industrial de los primeros Killing Joke y los pedales reverberantes de My Bloody Valentine. Técnicamente la idea suena tan predecible como una melodía de los Beatles en manos de Noel Gallagher, pero en el contexto actual del rock, no deja de ser una verdadera alternativa para oídos ya cansados de tanto mainstream.


Estos chicos no inventaron la pólvora, y no sacudirán la escena como sus influencias lo hicieron en los 80’s, pero logran conformar en Deathconsciousness un disco bien redondo, donde todo suena inspirado y sin rellenos.


Más líricos que los de Curtis, aunque conservando su impronta, más políticamente correctos que los Joke, y tan ostentosos como los Valentine, Have a Nice Life son un muestreo más de las posibilidades con las que cuentan las bandas hoy. Fusiones, fusiones y más fusiones … bienvenidos sean de todos modos, ya saben, cuando la sequía es grande, una gota es un océano.